viernes, 26 de noviembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
critica de " JULIA" POR JORGE FIGUEROA- LA GACETA
"Julia", un drama potenciado por una actriz
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Sábado 20 de Noviembre de 2010 |
Autor
Jorge Figueroa
Redacción LA GACETA
jfigueroa@lagaceta.com.ar
Durante la noche de San Juan, mientras el conde está ausente y el pueblo se entrega a una loca alegría, la señorita Julia, algo excitada, invita al criado Juan a bailar con ella iniciando un juego de seducción que acabará por destruirla. Una vez cometido el error ya no podrá volver atrás. La versión del clásico de August Strindberg "La señorita Julia" (1888) plantea un repertorio de temas que en la actualidad no ha perdido vigencia: las diferencias y conflictos entre clases, el poder y el sometimiento de la mujer son tratados de un modo tan potente que retrata la sociedad de aquellos y estos días. Pero, en particular el poder, se expresa en la contradictoria relación que Julia establece con su criado en la que, de dominante pasa a ser dominada; en otras palabras, la pasión y el amor son tratados también como una relación de poder. La versión de Viviana Perea que se representa en la sala Ross propone el texto como un unipersonal, en el que se luce la actriz Julieta Sangenis. Todo espectáculo unipersonal se constituye en un desafío y, por tanto, un riesgo, desde que todas las miradas se dirigen exclusivamente al único ser presente en el escenario. El examen es superado con creces por Sangenis, quien logra -sin necesidad de cambiar vestuario, ni siquiera impostar la voz- asumir el rol de Julia y de Juan, pero a la vez, expresar en su cuerpo los tensos diálogos entre ellos, en una obra que tiene mucho texto durante los 50 minutos. Sangenis obtiene distintos registros y matices, tanto en las acciones que realiza como en sus voces, que le permiten potenciar el drama. El diseño de iluminación de la puesta colabora activamente en la creación de los diferentes climas, así como la música.
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Autor
Jorge Figueroa
Redacción LA GACETA
jfigueroa@lagaceta.com.ar
Durante la noche de San Juan, mientras el conde está ausente y el pueblo se entrega a una loca alegría, la señorita Julia, algo excitada, invita al criado Juan a bailar con ella iniciando un juego de seducción que acabará por destruirla. Una vez cometido el error ya no podrá volver atrás. La versión del clásico de August Strindberg "La señorita Julia" (1888) plantea un repertorio de temas que en la actualidad no ha perdido vigencia: las diferencias y conflictos entre clases, el poder y el sometimiento de la mujer son tratados de un modo tan potente que retrata la sociedad de aquellos y estos días. Pero, en particular el poder, se expresa en la contradictoria relación que Julia establece con su criado en la que, de dominante pasa a ser dominada; en otras palabras, la pasión y el amor son tratados también como una relación de poder. La versión de Viviana Perea que se representa en la sala Ross propone el texto como un unipersonal, en el que se luce la actriz Julieta Sangenis. Todo espectáculo unipersonal se constituye en un desafío y, por tanto, un riesgo, desde que todas las miradas se dirigen exclusivamente al único ser presente en el escenario. El examen es superado con creces por Sangenis, quien logra -sin necesidad de cambiar vestuario, ni siquiera impostar la voz- asumir el rol de Julia y de Juan, pero a la vez, expresar en su cuerpo los tensos diálogos entre ellos, en una obra que tiene mucho texto durante los 50 minutos. Sangenis obtiene distintos registros y matices, tanto en las acciones que realiza como en sus voces, que le permiten potenciar el drama. El diseño de iluminación de la puesta colabora activamente en la creación de los diferentes climas, así como la música.
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